Como quizás hayas leído en este post sobre mi viaje a la Patagonia chilena en Marzo de 2017, lo comencé en la mismísima Punta Arenas, la ciudad más importante de la Patagonia chilena, sobre la costa este de la península de Brunswick y recostada, ni más ni menos que, cha cha cha chán….. si, sobre el archi famoso Estrecho de Magallanes, si lo habremos estudiado en el colegio, o no?
Si eres de la Argentina, imposible no haberlo hecho.
Por qué se llama Punta Arenas?
Como cada vez que visito un lugar por primera vez, pregunto (hoy más bien googleo) sobre el origen de su nombre. Y es así que leo que el nombre viene del inglés “Sandy Point” o punta arenosa. Hasta aquí sin sorpresas.
Pero también leí que se la conoce, más bien se la conocía, como la ciudad de los techos rojos. Al parecer ese toque de color solía ser una especie de antídoto de los lugareños en contra de la, digamos rigurosidad, de su clima.
En este sentido, no obstante, parece que el advenimiento de las nuevas tecnologías en la pintura y la variedad de nuevos colores, habría hecho que los habitantes de esta preciosa ciudad optaran por colorear también sus vidas, quiero decir sus casas, y hoy Punta Arenas ya no destaca solamente por sus techos rojos sino que luce colorida, como mi querida Ushuaia, en Argentina, como Helsinki en el Báltico, Copenhague en Dinamarca o Varsovia en Polonia. Lo que se diría, al mal tiempo ….
La Capital de la Patagonia chilena, es la capital de la Región de Magallanes y Antártica chilena, la región número XII, la más extensa y austral de Chile, y también de la provincia de Magallanes.
No sé si alguna vez se te ocurrió mirar el mapa del sur de Chile. A mi si, muchas veces. Y siempre me había sorprendido esa intrincada geografía llena de rayas y alvéolos, como si fuesen las partes de un puzzle “de los difíciles”. Mira si no coincides conmigo.

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